0. Miren Etxezarreta Artxibo Funtsa

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  • El diseño, una magnífica herramienta de potenciación de cualquier actividad colectiva que esté orientada a la mejora social, difícilmente podrá conseguir orientarse en esta dirección mientras vivamos en un sistema económico cuyo objetivo principal consista en la obtención de beneficios para el capital privado.
  • Este artículo trata de presentar una panorámica de la evolución socio-económica reciente de la sociedad canadiense, desde una óptica principalmente, pero no exclusivamente, económica. Partiendo de la clasificación de Canadá por ¡as Naciones Unidas como el primer país en desarrollo humano y el mantenimiento de la misma durante más de un lustro, se pretende identificar algunos de los elementos que han conducido a esta satisfactoria situación. Desde ésta, se revisa la evolución de la economía durante los últimos años, en el marco del modelo de política económica establecido en 1 984 y que continúa constituyendo el sustrato básico de la orientación de la economía de este país. Se incluye la consideración del impacto del Tratado de Libre Comercio. Se observan algunos elementos que producen cierta inquietud acerca de la marcha de la economía canadiense y de su capacidad para sostener nivel y calidad de vida alcanzado por su población, concluyendo en la necesidad e importancia de una democracia activa para el mantenimiento de los importantes logros obtenidos por la sociedad cae hasta ahora.
  • Ante la evidencia de los fracasos de los modelos de desarrollo en América Latina, en el mejor de los casos, ante la precariedad de sus logros que no han alcanzado a revertir los agudos problemas de la pobreza, la distribución inequitativa de los ingresos y el deterioro de las instituciones como agente fundamental del desarrollo económico y social, el artículo presenta una propuesta alternativa de carácter holístico en donde el Estado, el crecimiento del producto, el sistema financiero, entre otros, promuevan una política concertada que integre en un haz los factores asimétricos señalados, teniendo como referencia el empleo, la distribución del ingreso y el consumo.
  • Se estudian en este artículo las relaciones entre el sector agrícola y la formación social completa, vinculada las transformaciones típicas del desarrollo capitalista; es decir, la forma en que el agricultor se introduce en la actividad económica general, cuando el desarrollo altera las creencias tradicionales. Después de analizar diversos modelos teóricos ¿Kautsky, Servolin, Lebossé, Lisovskij, Lenin interpretados por Cavailhes- el autor estudia el caso concreto de la agricultura de dos zonas del Estado español altamente desarrolladas ¿Guipúzcoa y Vizcaya- y las transformaciones motivadas por el desarrollo económico. Fuente: MAPA
  • El capitalisme treballa avui per dominar les ments, i està descobrint com explotar les persones sense assalariar-les. Aquestes són només dues de les afirmacions que ens han aportat la Miren Etxezarreta (economista) Mireia Claverol (historiadora) i Ferran Polo (pedagog) en aquesta entrevista. La Miren, la Mireia i el Ferran són tres dels autors del llibre ”Economia crítica a l’aula” publicat recentment per Rosa Sensat, i formen part del Seminari d’Economia Crítica TAIFA, un grup obert de Barcelona integrat per unes 40 persones amb el repte d’autoformar-se i generar pensament crític. Font: editor
  • Un análisis crítico de las amenazas del nuevo modelo que propone el neoliberalismo para socavar el sistema público de pensiones, de los autores de El cuento de las pensiones y Pensiones Públicas: Ayer, Hoy, Mañana y Siempre
  • Adoración Guamán es doctora en Derecho por las Universidades de Valencia y París X-Nanterre y coordinadora del Consejo Científico de Attac España. Fernando Luengo es economista y miembro de la Secretaría de Europa de Podemos. Miren Etxezarreta es catedrática jubilada en Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona, vinculada a diversos movimientos sociales. En este texto exponen su visión en torno a la evolución, logros, fracasos y amenazas de la Unión Europa...
  • Este artículo pretende evaluar la incidencia de los acontecimientos de los últimos años -básicamente la crisis agraria mundial y la integración en la CEE- en la agricultura española Para ello es necesario partir de la evolución que ha conducido a la estructura actual de la totalidad del complejo agroalimentario español De aquí que en este trabajo se concede particular atención al proceso de internacionalización e integración de la agricultura española en el sistema agroalimentario mundial El modelo de desarrollo agrario que se sigue desde los años sesenta, supone la adopción de una línea tecnológica y de composición del producto que sigue las pautas de los países más avanzados y minimiza la adaptación del aparato productivo a la dotación de recursos del país. Este modelo implica una integración creciente en los mercados mundiales y una dependencia de estructuras empresariales internacionalizadas. Esta es la opción básica seguida y para su adecuada evolución se requiere el permanente mantenimiento de la competitividad de la agricultura española en el sistema mundial aspecto que impone la continuación de la política específico de modernización adoptada hasta ahora. En este artículo se intentan estudiar las consecuencias de esta opción, tanto desde la óptica de las unidades de producción agrarias en sus diversos tipos, corno para las empresas agroalimentarias y el conjunto del sistema agroalimentario del país, en el contexto de la integración en la CEE y la crisis agraria mundial Fuente: MAPA
  • La modernización de la agricultura ha supuesto la transformación de su sistema productivo y de las relaciones entre la agricultura y el resto de la economía. El trabajo no es una excepción. Se puede observar que las relaciones sociales de producción en la agricultura y la organización del proceso de trabajo siguen la evolución de la organización del trabajo en otros sectores. Desde el comienzo de la crisis económica de los setenta, el mercado de trabajo en los países desarrollados ha experimentado cambios de alcance: la flexibilidad del trabajo y la contención de los salarios se ha convertido en el objetivo de las políticas laborales. En este artículo se postula que, a pesar de sus peculiaridades y de la importancia del trabajo familiar, estas tendencias se pueden observar también en la agricultura. Otra consecuencia importante de la modernización de la agricultura se refiere a la relación entre la agricultura y el desarrollo rural. En la segunda parte del artículo se analizan las nuevas formas no agrarias de utilización del trabajo en el mundo rural, su papel en la transformación de las condiciones de trabajo y su alcance para lograr las nuevas funciones que se le asignan. El objetivo de este trabajo es, por una parte, el de identificar los cambios que afectan al trabajo agrario en España, su creciente subsunción por el capital y, también, la evolución hacia el trabajo no agrario en el medio rural. Se intenta, también, explorar y evaluar las consecuencias de estos desarrollos para los trabajadores, la agricultura, el medio rural y la sociedad. Fuente: MAPA
  • Para situar en el marco apropiado el debate actual sobre las pensiones hemos de referirlo a la fiebre privatizadora que asola al capitalismo desde los años setenta. Dejando de lado la génesis del «estado del bienestar» en Europa antes de la II guerra mundial, es sabido que a partir del final de esta, del año 1945 en adelante, se fue ampliando lo que era conocido como el «Estado del Bienestar». Es decir, se consideraba que el Estado era responsable de proporcionar unos servicios sociales elementales a la población – salud, educación y pensiones – así como la asistencia a los más desposeídos. El Estado del Bienestar implicaba que tales servicios se prestaban por el sector público fuera del mercado, lo que los hacia constituirse en «servicios sociales». Ya no eran mercancías o servicios que había que comprar sino que se convirtieron en derechos de ciudadanía. En los años setenta del siglo pasado tuvo lugar una nueva crisis económica; la primera después de la Segunda Guerra Mundial. Dicen que «se agotó» el modelo intervencionista, mientras se profundizaba el capitalismo en una nueva etapa. La crisis llevó a los capitalistas a buscar una estrategia global y a impulsar a que el Estado siguiera una política económica que les favoreciese, iniciando la implantación de lo que conocemos como modelo neoliberal que está operando desde entonces. Es sabido que el neoliberalismo es la estrategia de política económica muy propicia a los intereses del capital a expensas de los elementos favorables a las clases populares.
  • En cuanto a las cuestiones demográficas se señala que la población mayor de 65 años se duplicará en 2060. Pero las proyecciones a largo plazo pueden alterarse. Las proyecciones de población hechas entre 1995 y 2010 presentaron grandes discrepancias (al alza). Es muy posible que en el inmediato futuro, por el contrario, muestren caídas reales debido al importante repunte que está experimentando la emigración. Además ya se ha señalado en la Parte I que el crecimiento del número de viejos NO será mayor que el crecimiento en los pasados cincuenta años En España de 1950 a 2000 el número de ancianos se multiplico por 3,44 veces, mientras que se prevé que de 2000 a 2050 se multiplicaran por 2,20 y que la esperanza de vida entre 2027 y 2055 aumentará 2,3 años. Si en épocas de mayor pobreza, un aumento más fuerte pudo sostenerse, ¿por qué no podrá mantenerse en el próximo futuro?
  • Profesora de Economía Aplicada, jubilada. Miembro de Taifa Las pensiones públicas vuelven a estar en el punto de mira. Los recientes rumores sobre si se volverían a congelar, cómo se actualizarían, o si se eliminaría la extraordinaria de Navidad… han servido para que importantes gurús de la economía y la política resuciten el temor de que no habrá dinero para las pensiones públicas, y la conveniencia o incluso la necesidad de que individualmente se completen con pensiones privadas. El tema no es nuevo. Se inicia en los últimos ochenta y se generaliza en 1994 con un informe del Banco Mundial que planteaba el problema de la sostenibilidad financiera de las pensiones y la conveniencia de recurrir a pensiones privadas. Desde entonces se ha escrito mucho al respecto. Se han cruzado multitud de argumentos, unos insistiendo en la problemática de las pensiones, con otros mostrando que dichos argumentos son perfectamente rebatibles y sólo se sostienen con una interpretación específica de la vida social y de la economía. El tema de la crisis de las pensiones depende mucho más de las premisas de las que se parte y la posición ideológica del observador que de sólidos cálculos económicos. El debate sirvió, además, para desvelar que la razón principal para plantear dicha crisis reside en que el desarrollo de las pensiones privadas es un magnífico negocio para el sector financiero. Y que estimula la contratación de las mismas el que los importes de las pensiones públicas de jubilación disminuyan. Las posiciones conservadoras dominantes en la sociedad actual, sin embargo, han llevado a consolidar el problema de las pensiones y a generar una aceptación del mismo entre los profesionales, los dirigentes políticos y sociales e incluso entre gran parte de la opinión pública. Desde mediados los noventa (en España El Pacto de Toledo se establece en 1995) por medidas muy diversas se disminuyendo el importe de las pensiones públicas. La crisis actual y el deterioro del empleo han facilitado que se replantee el problema. Si el paro continúa aumentando, como es muy probable, y si las pensiones se tienen que financiar con las cotizaciones de menos trabajadores, con empleos precarios, con menores salarios sobre los que se aplica la cotización, con una creciente economía sumergida, el dinero disponible para las pensiones disminuirá. Las afiliaciones a la Seguridad Social (SS) han disminuido en más de dos millones desde 2007, por lo que es evidente que las cotizaciones para las pensiones públicas disminuyen. Por primera vez se ha tenido que recurrir al Fondo de Garantía de Pensiones, constituido con los excedentes de los presupuestos de la SS. de años anteriores, para pagar las pensiones de los últimos meses de 2012, y , si los ancianos insisten en no querer morirse pronto, es posible que este se agote dentro de cierto tiempo. Los argumentos pasados se refuerzan señalando, además, que el pago de pensiones públicas puede deteriorar el tan sacralizado déficit público; lo que sólo correspondería a los países que pagan las pensiones con recurso al presupuesto y no al nuestro, en que se pagan exclusivamente con las cotizaciones de los trabajadores. Apoyándose en las exigencias de la Unión Europea respecto al déficit y a las pensiones, se relanza la idea de la crisis de las pensiones para justificar ante la opinión pública su disminución. Visto así, el problema crucial reside en que al financiarse las pensiones solo con las cotizaciones de los trabajadores, si éstas disminuyen pueden plantearse problemas financieros. Pero, se ignora el aspecto crucial de que si las cotizaciones no proporcionan los fondos necesarios, las pensiones se pueden financiar con cargo al erario público, como sucede en otros países de nuestro entorno. Se argumenta que no hay dinero. Lo cual es solo una verdad muy parcial. Cuando se tiene interés en serio, se logra el dinero. Frente a la crisis bancaria y su enorme magnitud, se están proporcionando ayudas de importes que nunca se hubieran imaginado. Y a pesar de ciertos recortes, otros gastos públicos siguen siendo considerables: fuerzas armadas, la subvención a la iglesia, la corona, además de las limitaciones de nuestro sistema impositivo y el fraude fiscal… Como siempre, el tema reside en la distribución de la riqueza y depende de las prioridades de los que controlan el producto social. Y prefieren dedicar recursos a salvar a los propietarios de las instituciones financieras a las pensiones públicas. Condenan así a la pobreza a muchas personas que tras una larga vida de trabajo no disponen de más recursos que su modesta pensión. Se recomienda que se completen las pensiones públicas con pensiones privadas. Reforzando así a las entidades financieras que continúan con sus cínicas promesas de un mundo feliz con pensiones privadas. Como si en los últimos 10 años no hubiera sucedido nada en el mundo de las finanzas, y las inversiones que habrían de garantizar las pensiones privadas no se hubieran hundido en los avatares del capitalismo financiero. Hay que preguntarse, además, quien las podrá suscribir en una situación de creciente penuria de las familias. El remedio es ilógico e incoherente: si hay que cotizar a los bancos y aseguradoras para las pensiones privadas, ¿no sería más eficiente que ese dinero fuese a reforzar las pensiones públicas? El dinero de las pensiones, públicas y privadas, sale del conjunto de la riqueza, del producto social del país, ¿por qué no hay dinero si el ahorro de los pensionistas es mediado por el erario público, y aparentemente no hay ningún problema si ese ahorro es gestionado por los entes financieros? O la sociedad puede mantener a sus ancianos o no. ¿Por qué sí a unos y no a otros?, Esta disyuntiva muestra con claridad que la crisis de las pensiones surge de una arbitraria e injusta distribución de la riqueza social. ¿Qué es lo que justifica que quienes han podido ahorrar más, con jugosas desgravaciones fiscales, a través de los entes financieros dispongan de recursos en su vejez, mientras que quienes no han podido ahorrar tanto, han puesto su confianza en el erario público y no han disfrutado de desgravaciones fiscales, tendrán muchas posibilidades de caer en la pobreza? Como afortunadamente los pensionistas constituyen una importante parte de los votantes y cualquier partido tendrá que pensárselo mucho antes de establecer una rebaja significativa de las pensiones, se está intentando convencer a la opinión pública de la inevitabilidad de su disminución y la conveniencia de suscribir pensiones privadas. Pero a éstas sólo llega una pequeña parte de la población y son muy arriesgadas, ineficientes, poco rentables además de injustas. Sólo garantizan sustanciosos beneficios a las instituciones financieras. ¿No sería más eficiente y más justo optar por garantizar, mantener y mejorar las pensiones públicas?