Fitxak
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Para situar en el marco apropiado el debate actual sobre las pensiones hemos de referirlo a la fiebre privatizadora que asola al capitalismo desde los años setenta. Dejando de lado la génesis del «estado del bienestar» en Europa antes de la II guerra mundial, es sabido que a partir del final de esta, del año 1945 en adelante, se fue ampliando lo que era conocido como el «Estado del Bienestar». Es decir, se consideraba que el Estado era responsable de proporcionar unos servicios sociales elementales a la población – salud, educación y pensiones – así como la asistencia a los más desposeídos. El Estado del Bienestar implicaba que tales servicios se prestaban por el sector público fuera del mercado, lo que los hacia constituirse en «servicios sociales». Ya no eran mercancías o servicios que había que comprar sino que se convirtieron en derechos de ciudadanía. En los años setenta del siglo pasado tuvo lugar una nueva crisis económica; la primera después de la Segunda Guerra Mundial. Dicen que «se agotó» el modelo intervencionista, mientras se profundizaba el capitalismo en una nueva etapa. La crisis llevó a los capitalistas a buscar una estrategia global y a impulsar a que el Estado siguiera una política económica que les favoreciese, iniciando la implantación de lo que conocemos como modelo neoliberal que está operando desde entonces. Es sabido que el neoliberalismo es la estrategia de política económica muy propicia a los intereses del capital a expensas de los elementos favorables a las clases populares.
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En cuanto a las cuestiones demográficas se señala que la población mayor de 65 años se duplicará en 2060. Pero las proyecciones a largo plazo pueden alterarse. Las proyecciones de población hechas entre 1995 y 2010 presentaron grandes discrepancias (al alza). Es muy posible que en el inmediato futuro, por el contrario, muestren caídas reales debido al importante repunte que está experimentando la emigración. Además ya se ha señalado en la Parte I que el crecimiento del número de viejos NO será mayor que el crecimiento en los pasados cincuenta años En España de 1950 a 2000 el número de ancianos se multiplico por 3,44 veces, mientras que se prevé que de 2000 a 2050 se multiplicaran por 2,20 y que la esperanza de vida entre 2027 y 2055 aumentará 2,3 años. Si en épocas de mayor pobreza, un aumento más fuerte pudo sostenerse, ¿por qué no podrá mantenerse en el próximo futuro?
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Artículo en la revista Laberinto nº 41, 2014 y la traducción al francés en Contretemps